No hay excusas

Mi compromiso con esta web es la de escribir un artículo por semana y ya llevo cuatro sin acercarme al teclado, espero que pueda remediarlo durante el verano, supongo que podría poner mil excusas, pero las excusas son lo que nos impide pasar a la acción y de esta forma me encontraba yo sobre el mes de marzo del 2016, tirado en el sofá, mirando la televisión y lamentándome porque los fines de semana no podía hacer vida normal.

Ya he dicho que para mi la vida normal era paella, vino y amigos… y el haberme de inyectar metotrexato me inhabilitaba para lo segundo, lo veo ahora en perspectiva y no sé como podía pensar de esa forma, así es como deben funcionar las adicciones, te atrapan y es muy difícil escapar.

En uno de esos días de sofá recibí un WhatsApp de un compañero que también estaba afectado por una auto-inmune y me comentó que una conocida suya había mejorado mucho el tema de la artritis gracias a la nutrición.

Yo tengo la imagen grabada en mi mente ya que, como os contaré, la única forma de curar la artritis que a mi me ha funcionado ha sido cuidando la alimentación, básicamente quitar gluten, sí quitar el gluten es lo que ha mejorado mi vida, pero no cambiar la pasta con pasta sin gluten, sino dejar los malditos cereales y comer solamente carne, pescado, huevos, fruta y verdura, por ese orden.

Pero en el marzo de 2016 me pareció el consejo más absurdo que podían darme, como voy a curar la artritis quitando el gluten? porque la reumatóloga no me ha dicho nada? porque estuve ingresado con 130kg de sobrepeso y nadies observó que eso podría influir? todo era excusas para no centrar la atención en lo que sí tenía solución, además imagina como podría afectar eso al rey de las paellas!! que aunque el arroz no tenga gluten, escapar de comerlo os va a facilitar mucho la vida.

Pues nada, hice caso omiso a ese consejo y seguí con mi vida, pero hubo un consejo que sí seguí y fue el de ir a terapia, empecé a ir al psicologo, a contarle todas las mierdas que pasaban en mi vida, y el hombre que era muy franco, demasiado a veces incluso me dijo que tenía que empezar viviendo en un cuerpo funcional, y que 120kg no eran para nada funcionales.

Y como podéis apreciar ya había reducido mi peso, claro… sin fines de semanas locos lo que pasaba era que iba perdiendo peso, salía a caminar más y el consejo de este hombre caló en mi, más que nada porque me metía unas buenas bullas si le contaba que había ido a una boda, y claro en una boda te sales un poco del guión, sin beber alcohol pero de lo demás… pues no os podéis imaginar la reflexión que me hizo… fue tal que no he vuelto a ir a una boda.

Pues como os digo lo mejor de ir a terapia fue que perdí peso sin ir a un dietista por primera vez en mi vida, yo siempre decía que para perder peso necesitaba ir a una dietista, de hecho conocía a una que me funcionaba muy bien, pero siempre lo dejaba para otro día, una excusa más para no entrar en acción.

Entonces lo que pasó es que en verano del 2016 más o menos, bajé de los 100kg después de mucho tiempo, si la memoria no me falla desde el 2003 no había bajado de los 100kg, había estado años completos sin hacer deporte, y llevando una vida de celebración en celebración, supongo que para escapar de la realidad.

Bajar de los 100kg fue un punto de inflexión, las inflamaciones seguían, pero me podía ir de acampada con mis hijos, aunque me tuviera que quedar una tarde en el campamento con el pié hinchado, me podía sentar en la playa y me pude apuntar a lindyhop, cosa que me hizo aumentar mi actividad física y seguir bajando de peso, todo iba de maravilla menos las inflamaciones, seguían apareciendo una vez por semana, hasta el punto que un día saliendo de mis clases de baile sentí un pequeño pinchazo y dije “yo hoy no vendré al baile” todos me miraron raro, tampoco soy de dar demasiadas explicaciones, pero en aquel momento sabía que pasaría dos días caminando con dificultades y sin poder bailar.

Algo estaba pasando, necesitaba dar un paso más y recordé el WhatsApp de mi compañero y también recordé un documental que había visto en Nextflix, uno de un tipo que recorre Estados Unidos bebiendo zumos de verduras y que tenia algún tipo de enfermedad inflamatoria y que se le curó en pocos meses. Curiosamente vi este documental en casa de un amigo unas semanas antes de ingresar, y no relacioné nada de esto hasta el verano que volví a ver el documental.

Me vi reflejado, el protagonista tenía una condición auto-inmune parecida a la mía y tomaba los mismos medicamentos, en aquel momento pude ver hasta el nombre, prednisona, cosa que antes no veía, y veía las inflamaciones y todas las mejoras.

En aquel momento era mucho más receptivo que a principios de año y me di cuenta que tenía que mejorar la alimentación, pero que no pasaría a alimentarme de jugos de verduras, de hecho ni me plantee comprar una licuadora, pero sí que mejoré mucho lo que comía peor seguía cometiendo errores que más adelante supe que eran lo que me seguían inflamando como beber leche de avena, acompañar mis comidas con pasta y arroz integral, comprar harina de espelta par hacer mi propio pan, comer yogures desnatados… cosas que acabaría corrigiendo.

Pero creo que esto lo contaré en el artículo de la semana que viene, espero que sea así.

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